Gripe A: síntomas y tratamiento

 

La gripe A, conocida científicamente como Influenza A, es una enfermedad respiratoria aguda causada por el virus Influenza tipo A. Este patógeno es altamente contagioso y se encuentra entre los más comunes cuando hablamos de enfermedades infecciosas respiratorias.

¿Qué es la gripe A?

La gripe A se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, tos (generalmente seca), dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, severa malaise (malestar), dolor de garganta y rinitis. La enfermedad es altamente transmisible de persona a persona, principalmente cuando el paciente tose o estornuda.

¿La gripe A y gripe aviar son lo mismo?

Cuando se habla de influenza, es común que surjan dudas sobre las variantes y su relación. La gripe A y la gripe aviar pertenecen a la misma familia de virus, el Influenza A, pero son distintas en cuanto a los organismos que infectan y cómo se propagan.

El virus de la gripe aviar, específicamente, se origina en las aves acuáticas salvajes pero puede infectar granjas avícolas, causando grandes brotes en las poblaciones de aves. Aunque no es común, existen casos documentados de transmisión a seres humanos, los cuales han generado preocupación debido a su potencial letalidad y la posibilidad de mutaciones que podrían facilitar la transmisión entre humanos.

Por su parte, la gripe A se refiere a las infecciones por virus Influenza A que afectan principalmente a humanos y se transmiten con mayor facilidad de persona a persona. Dentro de esta categorización, encontramos diferentes cepas, algunas de las cuales han sido responsables de pandemias pasadas, como la H1N1.

Distinción entre virus

Los virus de la gripe A se subtipifican según las proteínas de su superficie: hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N). Así, encontramos combinaciones como H1N1 o H3N2, comunes en las epidemias estacionales de gripe.

En cambio, los virus de la gripe aviar son aquellos subtipos que, si bien pueden infectar a las personas, no se transmiten fácilmente de humano a humano. Estos subtipos incluyen H5N1 o H7N9, entre otros, y suelen ser más patógenos cuando infectan a seres humanos, aunque afortunadamente, su contagio es menos frecuente.

Síntomas de la gripe A

La gripe A se manifiesta con una serie de indicativos clínicos que pueden variar en intensidad de una persona a otra. Es fundamental reconocer estos síntomas para buscar atención médica adecuada y evitar su propagación.

Sospecha

La vigilancia de los síntomas es clave para la sospecha temprana de la gripe A. Además de los signos generales ya mencionados, algunas personas pueden experimentar síntomas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, aunque son más comunes en niños que en adultos. La aparición de síntomas respiratorios junto con fiebre alta debe alertar a los individuos sobre la posibilidad de una infección por el virus de la gripe A y motivar una consulta médica.

Gravedad

Aunque la mayoría de los casos de gripe A son autolimitados y se resuelven sin complicaciones, ciertos grupos de riesgo pueden experimentar una evolución más grave de la enfermedad. Estos grupos incluyen a personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas como diabetes, asma y enfermedades cardíacas.

Incubación y contagio

El periodo de incubación de la gripe A puede variar entre 1 y 4 días. El contagio se facilita a través de las gotitas que se expulsan al toser o estornudar, y el virus puede sobrevivir en superficies duras por hasta 24 horas.

¿Cuánto dura la gripe A?

La duración de la gripe A suele ser de una semana, aunque la tos y el cansancio pueden persistir por más tiempo. En personas con ciertas condiciones de salud, el periodo de recuperación puede ser mayor.

Qué tomar para la gripe A: tratamiento

El abordaje terapéutico para la gripe A se enfoca en mitigar los síntomas y, en algunos casos, en la administración de antivirales. Aquí detallamos el tratamiento general, aunque siempre se debe buscar la personalización del mismo a través de la consulta médica.

Medicamentos Antivirales

Los antivirales pueden ser recetados por un profesional de la salud y son más efectivos cuando se inician dentro de las primeras 48 horas tras la aparición de los síntomas. Entre los más comunes se incluyen:

  1. Oseltamivir (Tamiflu)
  2. Zanamivir (Relenza)
  3. Peramivir (Rapivab)

Estos medicamentos pueden reducir la duración de la enfermedad y ayudar a prevenir complicaciones graves.

Alivio de los Síntomas

Para aliviar los síntomas de la gripe A, se pueden considerar:

  • Analgésicos y Antipiréticos: Para reducir la fiebre y aliviar el dolor muscular y de cabeza. Incluyen:
    • Paracetamol (acetaminofén)
    • Ibuprofeno
    • Ácido acetilsalicílico (aspirina) (no recomendado en niños y adolescentes)
  • Antitusígenos y Expectorantes: Estos ayudan a aliviar la tos y facilitar la expectoración de moco.
  • Antihistamínicos: Pueden aliviar la rinitis y otros síntomas de alergia asociados.
  • Descongestivos: Para aliviar la congestión nasal y sinusitis.

Remedios no Farmacológicos

Además de los medicamentos, hay recomendaciones generales que pueden ayudar en el proceso de recuperación:

  • Reposo adecuado: Fundamental para que el sistema inmune combata el virus de manera efectiva.
  • Hidratación: Beber suficientes líquidos, como agua, caldos y jugos naturales, es vital para ayudar al cuerpo a recuperarse.
  • Alimentación saludable: Una dieta rica en vitaminas y minerales puede ayudar a fortalecer el sistema inmune.
  • Humidificador de aire: Puede aliviar la congestión y la tos al mantener húmedas las vías respiratorias.

Consideraciones Importantes

Es clave evitar la automedicación, especialmente con antibióticos, ya que no son efectivos contra virus y su uso inadecuado puede contribuir a la resistencia antimicrobiana. Además, el uso de la aspirina en niños y adolescentes con síntomas de influenza está contraindicado debido al riesgo de síndrome de Reye, una enfermedad grave que afecta el cerebro y el hígado.

Seguimiento Médico

Un seguimiento médico es importante, especialmente si los síntomas no mejoran o si se presentan signos de complicaciones. Los profesionales de la salud podrán ajustar el tratamiento si es necesario y proporcionarán consejos adicionales adaptados a cada caso particular.

El tratamiento para la gripe A debe ser integral, atendiendo no solo los síntomas sino también las necesidades generales del organismo para recuperarse de la infección viral. Una comunicación constante con el médico y el seguimiento de sus indicaciones son esenciales para una recuperación efectiva y segura.

La gripe A en niños

Los niños son especialmente susceptibles a la gripe A. Los síntomas son similares a los de los adultos y es importante un diagnóstico temprano y tratamiento adecuado para evitar complicaciones.

Cómo prevenir la gripe A

La prevención de la gripe A incluye la vacunación anual, el lavado frecuente de manos y el uso de pañuelos al toser o estornudar. Mantener una buena higiene y evitar el contacto cercano con personas enfermas son medidas clave.

 

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